Despues de dos dias sin dormir, sin descanso, sin tregua en el lavabo. Revoloteando por Madrid y llenita de callos en los codos, jarta de ir de barra en barra bebiendo cerveza, buscando con la mirada un escote insinuante, una mirada provocadora, una entrepierna donde posar sus manos, despues de una buena resaca, la estanque fue a parar a la plaza Mayor, donde miles de personas se reunian para comer un cocidito madrileño de garbanzos.
Alli mismo fue cuando tropezo con una mujer, que con los pelos revueltos y en la boca una expresion triste, pretendia esconder bajo sus gafas negras su bisexualidad, al lado su marido y sus dos hijos. Con el radar puesto a todas horas la estanque no dudo en ponerse a su lado, a la espera de una pequeña debilidad, de un minimo movimiento en falso, el asomo de su deseo.
La mujer la miro, la volvió a mirar y entonces se dibujo en su cara la sonrisa, aquella sonrisa que la delato, la estanque le devolvio la sonrisa, y entonces la mujer, serena y confiada le dijo a su marido "Ramón, voy al baño". La estanque la siguio sonriendo, por su estomago empezo a sentir que Madrid era la ciudad, por su sexo sintio lo que iba a suceder. La mujer movia el culo, de lado a lado, sus piernas largas daban cada vez pasos más largos, su melena se movia al ritmo de sus tacones, era sabedora de sentirse observada.
Ya en el baño, apunto de cerrar la puerta la estanque metio su brazo impidiendo que se cerrara, se abrio la puerta, sonriente y triunfante la estanque entro, cerro de golpe y sa lanzo en busca del nuevo perfume de mujer. Levanto con brusquedad la minifalda, sento a la dama en el lavabo y arrodillada y humillada ante su sexo, la estanque absorbio el sabor, la fragancia de su nueva conquista, mientras sus manos tocaban sin pausa sus pechos, la mujer emitia gemidos sin ton sin son y repetia una y otra vez "cuando te volvere a ver".
Alli mismo fue cuando tropezo con una mujer, que con los pelos revueltos y en la boca una expresion triste, pretendia esconder bajo sus gafas negras su bisexualidad, al lado su marido y sus dos hijos. Con el radar puesto a todas horas la estanque no dudo en ponerse a su lado, a la espera de una pequeña debilidad, de un minimo movimiento en falso, el asomo de su deseo.
La mujer la miro, la volvió a mirar y entonces se dibujo en su cara la sonrisa, aquella sonrisa que la delato, la estanque le devolvio la sonrisa, y entonces la mujer, serena y confiada le dijo a su marido "Ramón, voy al baño". La estanque la siguio sonriendo, por su estomago empezo a sentir que Madrid era la ciudad, por su sexo sintio lo que iba a suceder. La mujer movia el culo, de lado a lado, sus piernas largas daban cada vez pasos más largos, su melena se movia al ritmo de sus tacones, era sabedora de sentirse observada.
Ya en el baño, apunto de cerrar la puerta la estanque metio su brazo impidiendo que se cerrara, se abrio la puerta, sonriente y triunfante la estanque entro, cerro de golpe y sa lanzo en busca del nuevo perfume de mujer. Levanto con brusquedad la minifalda, sento a la dama en el lavabo y arrodillada y humillada ante su sexo, la estanque absorbio el sabor, la fragancia de su nueva conquista, mientras sus manos tocaban sin pausa sus pechos, la mujer emitia gemidos sin ton sin son y repetia una y otra vez "cuando te volvere a ver".
